Carta para mi Madre

Mientras trabajaba llegaron muchos pensamientos a mi cabeza, la mayoría de ellos fueron de agradecimiento, de entendimiento, de liberación y he decidido plasmarlo en estas letras.

Mamá te agradezco porque siendo una estudiante universitaria me presente en tu camino, sin avisarte, sin prevenirte, te sorprendí y tú ante aquella noticia seguro te sentiste “aterrada”, sin duda muchos planes en tu vida cambiarían, hacerte cargo de otra vida y sin embargo fuiste tan valiente que decidiste continuar con tu embarazo, decidiste guardarme en tu vientre, sin saber aún ¿qué te esperaría?, ¿cómo sería? Continuaste, sé que ese miedo yo también lo sentí, lo viví, lo experimente junto a ti en ese momento, también me aterré estando dentro de ti, pues sin duda yo quería vivir esta experiencia humana y quería vivirla precisamente con ustedes.

Hoy soy consciente de que ese miedo aún me habita, me aterra hacerme cargo de otra vida, me da miedo perder mi libertad, me asusta cambiar el rumbo de todos los planes que hoy tengo y la vida como buena maestra, me presenta situaciones desafiantes, repetitivas, forzándome a superar por las buenas o por las malas estos temores, mostrándome de frente que soy capaz de asumir muchos roles a la vez, ahora entiendo porque en mis tiempos de universidad me prometí no quedar embarazada, no repetir la historia, no revivir ese “miedo”, entiendo que suprimí de mi vida los imprevistos, todo lo he planificado, estudiado y una vez más la sabia vida me lo recuerda: es lo que tu deseas Lolique cero sorpresas.

Lo maravilloso es que hacerme consciente de esto me LIBERA, me libera de esos miedos porque ya descubrí el origen y además tengo las pruebas, ¡claro! Ahora lo entiendo bien, eres mi Maestra, me demostraste con hechos que es posible asumir estos miedos, vivirlos y además superarlos con muchísimo éxito, pues para muestra aquí estoy, aquí estas.
Hoy me libero y te libero de estas cadenas que pueden mantenernos aún atadas, hoy sé que hiciste todo lo que estuvo en tus manos, que tus miedos fueron los que cualquier otra mujer en tu lugar pudo haber sentido, sé que quisiste ser la mejor madre del mundo sin dejar de lado tus ganas de superarte, de ser independiente, de ser una mujer de carrera y esto también lo entiendo perfectamente pues hoy en día yo estoy en la misma posición que un día viviste, quiero SER, quiero TENER, quiero LOGROS, quiero EXITOS

Lograste SER y yo SOY lo que tanto me repitió mi abuela y estoy segura que a ti también te lo repitió muchas veces, tienes que ser una mujer exitosa, estudiada para que nunca tengas que depender de un hombre, una creencia profundamente arraigada que ya sé de dónde proviene.

Ahora entiendo muchas cosas, me fui muy dentro de mí a buscar este miedo y lo encontré, lo vi desde afuera, lo observé, lo escuché, lo lloré, le di su espacio, ahora lo dejo ir, se lo entrego al universo para que lo libere hacia la luz, le pido que se conserve en ti y en mi todo el aprendizaje que necesitamos para nuestra evolución y lo que ya no nos funciona que se transmute hacia el amor, en esta dimensión y en todas donde aún pueda existir.

TE AMOOOOOOOOOOOOOOOO MAMA!!!

Gracias por ser mi portal de entrada a la tierra, por ser mi espejo reflejando tantas veces todo lo que debo revisar en mí, por aceptar estos acuerdos almicos de crecimiento mutuo, por la paciencia, por la bondad, por siempre estar.

Gracias a la maravillosa vida que aun te tengo para que leas estas letras.

“La Herida de la madre” como se presenta en muchas literaturas es la herida original, está presente en «todas» las personas, es esa que nos marca desde el mismo momento en que estamos en el vientre, muchos patrones, conductas e inclusos bloqueos en nuestras vidas se deben a esta herida, nuestro trabajo consiste en sanarla, indagando en nosotros mismos, observándola y liberándola, sanar nuestra energía femenina, reconocernos en todas las mujeres, saber que cada una carga su propia cruz, sin juicios, con mucho amor.