Con el Corazón arrugadito.

Intento siempre escribir desde lo más positivo de mi alma, intento dar siempre un consejo, una esperanza, alegrías, no me gusta compartir el negativismo, siempre hablo de mis tristezas pero dándole al final un toque de felicidad, hoy lamentablemente no será el caso, después de una larga jornada de trabajo he llegado a mi casa entre lágrimas, al conocer la triste noticia de un joven médico de 24 años que perdió la vida por un teléfono celular, siento tanta rabia e impotencia dentro de mí, pienso en todos los que quedaron allá y lo único que puedo hacer es rezar por ellos, hace un tiempito hablaba con mi primo y le decía tengo tantas ganas de volver, quiero ver a mis padres  envejecer y me respondió, ¿tú quieres ver a los viejos envejecer?  Nosotros los jóvenes solo deseamos PODER llegar a viejos!!!!

Esas palabras se me quedaron grabadas en mi memoria, porque como dice mi abuela “acostumbrarse a lo bueno es fácil” apenas tengo 2 años y 5 meses que salí de casa, tal vez me he acostumbrado a lo bueno de aquí que ya se me ha olvidado lo malo que deje allá.

Este sentimiento que tengo ahorita lo puedo describir como de traición, me siento traicionada, herida, siento una separación, siento que estas situaciones me alejan cada día mas de mi familia, de mi verdadero hogar, siento que regresar se está quedando en la última línea de mis metas a cumplir, siento que el país se quedó sin valores, sin respeto a la vida, la vida se te puede ir en un instante, sin percatarte, ¿cuánta descomposición social, cuanta miseria nos ha tocado y tocará vivir?.

Lo más difícil es hacerle ver a los que quedaron viviendo allá, que se puede vivir de otra manera, que la maravilla que creen tener en su cabeza no es más que una pesadilla, que el verdadero socialismo existe y no es el que ellos conocen, que hay cantidades de países en los que se puede vivir mejor (no es un llamado para que emigren, solo lo digo por aquellas personas  que dicen que jamás se irían del país, porque la patria en la que viven es la mejor), tener seguridad social debe ser un deber de la nación.

No existen palabras que puedan dar consuelo a una madre que pierde a su hijo, solo le pido a Dios que la ayude en estos momentos tan difíciles, le dé la fortaleza necesaria para continuar, le brinde serenidad y alivie con el tiempo tanto sufrimiento.

Si algo siempre he dicho es que no se pueden tomar decisiones cuando estás muy triste o cuando estás muy feliz, hoy solo llegue directo a escribir, tomando la decisión desde la más profunda tristeza, cosa que no debería hacer.

 Para todos los que nos hemos ido en busca de calidad de vida, no me queda más que decirles que no nos equivocamos, que la tristeza y el dolor que podamos sentir por estar tan lejos, no se comparará jamás al dolor de esta madre, que la vida nos está obligando al desapego, el desapego familiar, que debemos entender y sobre todo aceptar que nos tocó irnos, que debemos seguir luchando por un mejor futuro, confiando en que algún día esta película de terror que vivimos se acabe.

Lágrimas de tristezas corren por mi rostro en este día, por todos y cada uno de los seres que han perdido la vida tan injustamente. Que Dios nos proteja!