La Misión de Vida

Llevo unos cuantos años intentando descifrar este acertijo ¿Cuál es mi misión de Vida? También es cierto que en algún momento llegó a quitarme el sueño, me sentía incompleta, sin saber ¿Para que soy buena en la vida? ¿Cómo puedo desarrollar mi misión de vida y que me genere dinero para  poder vivir como quiero? Teniendo en cuanta que durante 9 años ya había disfrutado de lo que creía era mi Gran misión.

Hoy he concluido lo que siempre supe: Nuestra misión de vida es vivir, parece fácil pero “no es tan sencillo” para estos terráqueos que andamos en busca de reconocimiento, de poder, de valía frente a los demás, de anclaje, con muchísimo temor a los cambios.

Vivir es sinónimo de respirar, de cambios, de mutaciones, de aprendizajes constantes, transformaciones, para comprobar esto solo recuerda como eras y como eres hoy, físicamente has cambiado durante cada segundo, la planta que sembraste pasó de ser semilla a un árbol frondoso y sin duda se encuentra en constante remodelación.

Nos han enseñado que somos buenos para una sola cosa que en eso nos quedaremos por el resto de nuestros días, hasta que llegue la jubilación, nadie nos ha preparado para los cambios que como alma necesitamos experimentar, un buen día llega el destino, el sabio milenario y nos voltea “patas arriba” el plan perfecto que habíamos diseñado, se nos derrumba el mundo aplastando a nuestro Ego y cuando ya estamos sin fuerzas de tanto pelear contra el destino, cuando se sienten esos últimos respiros asfixiados y jadeantes aceptamos, aceptamos lo que no podemos cambiar, nos rendimos, entregamos nuestras armas y la vulnerabilidad encuentra su lugar.

Justo en ese momento se nos amplía la visión de la vida misma, comenzamos a ver más allá de lo aparente y comienzan a aflorar verdades que nos pertenecen, se caen mascaras que hemos adoptado durante nuestro crecimiento y aun en medio de la confusión comenzamos a vislumbrar un nuevo camino, totalmente nuevo y desconocido, nos reconciliamos con el coraje que quizás creíamos perdidos y una fuerza interna que nunca antes habíamos sentido comienza a tomar el poder, sientes un nuevo renacimiento, una nueva oportunidad, un “quizás” también puedo lograrlo.

Sí, es necesario morir estando vivos, es necesario experimentar el dolor de quien fuiste y que de algún modo siempre serás, es necesario cambiar esa piel, vivir el duelo para entonces sacar el pasado de tu vida, limpiarte de todo aquello que ya no te genera bienestar, porque los recuerdos muchas veces suelen ser dolorosos; así comienzas a vaciarte por completo, en ese vacío comenzaras a escucharte, a quererte, a motivarte, a entenderte, a llenarte de todo lo nuevo que el sabio sabía que era bueno para ti y que en medio del dolor no eras capaz de ver.

Vivir es aceptar los cambios que constante e inesperadamente se nos presentan, es adaptarnos a cada situación sin juicios con muchísimo amor, vivir es encontrar en cada fase, en cada situación nuestra verdadera misión de vida.

Misión de vida es entregarte con amor en cada “etapa” o momento que nos toque vivir, es ser cada día mejor con respecto a nosotros mismos, es decir, ser hoy mejor de lo que ayer fuiste, es pulirnos en cada misión o empleo o situación o incluso en cada segundo que la vida nos presente. Mi misión puede ser en este momento entregarte estas letras y quizás sacarte una sonrisa, despertando la esperanza en ti, al decirte que la vida es movimiento y que todo, todo, todo pasa.

Mi misión de vida es vivir cada segundo, es tener planes, metas y sueños que me permitan seguir viviendo mientras los alcanzo, es vivir desde mi propia verdad, es cambiar esos planes y metas por otros si así lo deseo, es experimentar cada situación, es sentirme en este cuerpo viva, es una transformación constante, es vivir alineada con mi ser interior, es mandar al carajo más seguido patrones, personas, momentos y situaciones que quieran forzarme a ser quien no “SOY”.

Un fuerte abrazo para ti que llegaste al final de estas lineas