El Remolino
Eran solo 30 m2, 30 metros que debía convertir en un hogar, en mi hogar, sin saber por dónde comenzar, nos instalamos, nos conseguimos por primera vez los dos solos, fue una mezcla de sentimientos extraños, ajenos, saber que habíamos logrado el objetivo, feliz de instalarnos pero a su vez, sentía como una daga punzante que me recordaba el desprendimiento…