Escritos del Alma

Tú lo sabes

A veces se nos va el tiempo intentando descubrir lo que ya sabemos, buscando entre los libros algunos consejos, con ganas de escuchar que estamos en lo correcto, finalmente logras entender que era eso, lo que tu corazón te decía, lo que intentaba gritarte y tú no le permitías por miedo aceptar lo que eres, lo que realmente eres!

Hasta que un día decides no buscar, te sumerges en el silencio profundo del andar, tus oídos se hacen sordos al que dirán, tu ojos comienzan a ver lo que esta más allá, tus manos se vuelven el instrumento que comenzarás a tocar, tu piel se eriza al llegar a donde querías estar, tu cuerpo comienza hablarte, tu mente ya no sabe que pensar, tus ideas fluyen sin cesar, comienzas a sentir tu alma en cada paso que das, tu voz se vuelve precavida, ya no necesita gritar con un tono melodioso se deja llevar, diciendo lo que el alma quiere expresar.

Las miradas comienzan a cruzarse y logras ver más allá, no solo el color, la belleza, sino más bien el amor que en el otro puedes encontrar, si lo observas cansado de la vida “amor” le puedes enviar sin necesidad de palabras solo el contacto visual bastará, con el lenguaje universal que todos conocemos pero que hemos olvidado en algún lugar.

Cuanta magia siento en este día, viendo el fuego danzar, como danza nuestra vida a través del tiempo, de los cuerpos, de las dimensiones y entre muchas cosas más, con un amor infinito, desbordante, que aquí deseo plasmar, somos más que este cuerpo que podemos tocar, somos, somos tantas cosas que no podemos descifrar, misterio, ciencia, energía, espíritu…

Quería recordarte la valentía que te impulso a reiniciar el juego que todos hemos venido a jugar, tomatelo con calma, no siempre se gana, aunque perder es una forma de ganar, recuerda que el requisito principal es amar, la primera instrucción es sonreír y disfrutar, si el juego se termina antes de tiempo es porque decidiste ponerle punto final, mientras decidas continuar vive con la magia que la vida nos da, no te preocupes por tantas pequeñeces recuerda que la vida es mucho más, finalmente vive, ama, ríe sin parar, aprovecha el momento, que todo lo demás puede esperar.

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