Visitantes de la tierra
¿De dónde hemos llegado? ¿Por cuánto tiempo será la visita? ¿Quién nos ira a recibir? ¿Sera que nos enamoraremos del lugar? ¿Se recordaran y respetaran los acuerdos previos al viaje? ¿Haremos grandes amigos? ¿Disfrutaremos de toda la estadía?
Son algunas de las preguntas típicas que solemos hacernos al salir de viaje y de una vez me lleva a pensar en el viaje más largo que hemos decidido experimentar, el viaje a la tierra.
Al salir de viaje observamos cómo estará el tiempo y así escogemos la ropa adecuada, para venir al planeta tierra hemos escogido este cuerpo, en general todos bajo el mismo esquema.
¿Quién nos ira a recibir? Al hacer la reserva de un hotel ya hemos mirado todo, incluso ya los hemos contactado y establecido acuerdos, así que al llegar todo debe estar listo, sin embargo, los imprevistos también surgen, los cambios pueden darse y lo maravilloso que hemos visto por internet puede que no sea tan real.
De la misma forma antes de venir a la tierra ya hemos contactado de forma almica con todas las personas que encontraremos en nuestro camino, acordaremos las ayudas, los conflictos, los amores, los que nos recibirán como padres, los guías, la familia, los amigos, las dificultades, los obstáculos, la felicidad, solo que al pasar el portal, al pasar del mundo espiritual al físico lo olvidamos todo, realmente lo recordamos en nuestra infancia, nuestra cortita infancia y ya luego nos vamos cerrando poco a poco, a medida que nos vamos adaptando y acoplando a las reglas de los humanos (donde jugar con amiguitos invisibles es cosa de locos), otros en su misión permanecen abiertos, recordando vidas pasadas, sintiendo energías y viviendo lo que muchos consideran paranormal.
Estos acuerdos siempre serán buenos desde el punto de vista de nuestra evolución, de nuestro “yo superior”, desde el punto de vista humano lo hemos clasificado como bueno o malo, triste/doloroso o de felicidad/ alegrías, como ganancia o pérdida, pero en los niveles superiores todo forma parte de nuestro aprendizaje de nuestra evolución.
Entonces cuesta muchísimo entender que de cierta forma hemos aceptado todo lo que hemos vivido y lo que viviremos, cuesta aceptar que todo ha formado parte del plan desde el principio, incluso desde antes de nacer.
No te confundas, no quiere decir esto que no hay nada que hacer porque lo que será ya es, no, no, el futuro, nuestra vida, nuestros acuerdos son infinitos, hemos creado una trama enorme de posibles futuros, caminos que nos llevaran de una u de otra forma a lograr el objetivo principal de nuestras vidas y fue así como se nos doto de algo que llamamos “libre albedrio” la capacidad de decidir, de reaccionar, de actuar ante lo que se nos va presentando en el camino, decidiendo por nosotros mismos cual camino tomar ante el abanico de posibilidades que poseemos en nuestra propia trama de la vida.
Creo que todo “es posible”, porque existen mil maneras de llegar a donde lo deseamos, siempre que tengas FE y CERTEZA de que así será, no importa que no sepas de que forma lo realizarás o como llegarás a lograrlo, entrégalo al destino, a la vida, a Dios y deja que fluya de la mejor forma posible, que se expanda y se mezcle con las redes energéticas del universo y que llegue hasta a ti de forma correcta y perfecta.
Como todo viaje algunos lo verán hermoso otros demasiado feo, unos querrán no irse nunca otros estarán deseosos de partir, algunos sentirán que no existe nada más que este cuerpo, otros espiritualizaran la materia y todo está bien, todos estamos en nuestro proceso, en nuestro propio proceso evolutivo, todos entramos en este mundo con nuestras ideas, nuestras creencias y formas de ver la vida.
Por más que te guste o no este viaje llegará a su fin, seguramente de la forma más inesperada, lo mejor que podemos hacer mientras nos dure la travesía es VIVIR desde el AMOR, vive, ama y siempre sonríe.